HABLANDO DE ESPACIO
por Sergio Valdés
El salón de espera de la estación donde se transmite
“hablando de espacio” es un lugar que invita a lo despacio. Los colores beiges
de las butacas y el sofá se mezclan con
el “Buenos días” de los que llegan, a su vez el color claro de las paredes, se
vuelve a mezclar con el ¨Permiso...¨ del que transita más allá del salón para
entrar en la cabina. El piso más que sustentarnos es un ser amable hecho de
fibra textil, que da al pie la sensación de pisar el césped, sin cuidarnos de
que nos multe el guarda-parque. En combinación con él está el falso techo desde donde baja la música como si fuera
pasada por un aspersor de agua, que apenas moja el “Hasta luego” de
alguien.
Las paredes de cristal, material increíble,
literalmente hablando, aunque de tan familiar ya no nos asombra, nos deja
vacilar la cresta de la ciudad desde la confortabilidad que puede brindar un
auto de última generación, pero despacio, sin prisa. Por supuesto que este no
es un espacio de última generación porque allá y aquí se puede convivir con
radios, fonógrafos que han sobrevividos para alcanzar la dignidad del objeto
museable. Más bien los cristales lo que hacen es defender un
espacio atemporal.
Los conductores Claudia e Inclán mirando desde los
cristales de la cabina pueden ver en esa ciudad noble al oyente…. Una muchacha
que limpia el piso, otro que escribe quizás este mismo texto, otro va al
trabajo, mientras ellos hacen sus cosas los locutores le hablan al oído, le
hablan… despacio.
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