lunes, 16 de febrero de 2015


HABLANDO DE ESPACIO
por Sergio Valdés

El salón de espera de la estación donde se transmite “hablando de espacio” es un lugar que invita a lo despacio. Los colores beiges de las butacas y el  sofá se mezclan con el “Buenos días” de los que llegan, a su vez el color claro de las paredes, se vuelve a mezclar con el ¨Permiso...¨ del que transita más allá del salón para entrar en la cabina. El piso más que sustentarnos es un ser amable hecho de fibra textil, que da al pie la sensación de pisar el césped, sin cuidarnos de que nos multe el guarda-parque. En combinación con él está el falso techo  desde donde baja la música como si fuera pasada por un aspersor de agua, que apenas moja el “Hasta luego de alguien.


Las paredes de cristal, material increíble, literalmente hablando, aunque de tan familiar ya no nos asombra, nos deja vacilar la cresta de la ciudad desde la confortabilidad que puede brindar un auto de última generación, pero despacio, sin prisa. Por supuesto que este no es un espacio de última generación porque allá y aquí se puede convivir con radios, fonógrafos que han sobrevividos para alcanzar la dignidad del objeto museable. Más bien los cristales lo que hacen es defender un espacio atemporal.

Los conductores Claudia e Inclán mirando desde los cristales de la cabina pueden ver en esa ciudad noble al oyente…. Una muchacha que limpia el piso, otro que escribe quizás este mismo texto, otro va al trabajo, mientras ellos hacen sus cosas los locutores le hablan al oído, le hablan…  despacio. 

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